Más que un símbolo
El Nuevo Libro del Pastor Samuel Que

Introducción:

Muchas veces hemos mirado hacia la cruz, sin entender el significado de ella. Hemos visto el acontecimiento como el sufrimiento de Jesús, hemos visto el rostro sangrante del ciervo sufriente, pero no lo hemos personalizado.

Es el caminar del hombre por una vida de oscuridad y abandono con el rostro sangrante por el dolor que las bofetadas le propician.

Son los pies lastimados por los clavos y las espinas que nacieron con la desobediencia y son aquellas que germinaron de la nada. La cruz es la expresión del dolor de aquél que sufre sumido en la miseria. La cruz es la cúspide del dolor, es la afrenta del maldito, es la burla de la miseria humana. La cruz es el pago público de la ofensa hecha en secreto. La cruz es el sacrificio que cada hombre sufre en las manos de su agresor.

Es la cara desfigurada por los golpes, son las lagrimas que combinadas con la sangre nos confunden, es la mirada del dolor, pero más que el dolor del cuerpo es el dolor del alma.

La cruz es el lugar donde Satanás ha querido clavar al hombre para siempre, es el lugar donde Satanás se ensanchó en su más grande expresión de maldad contra Dios y el hombre. Es el momento donde la furia de ese traidor desemboca su odio contra el hombre que hoy es superior al diablo por la sangre del Crucificado.

El camino hacia la cruz constituye la huella más profunda marcada por el ocupante del calvario, sería el momento donde el perdón y la gracia nacieron para el hombre, el momento de la más horrenda agresión y se ha constituido el momento más grande del perdón. No se ha entendido el mensaje del calvario, no se ha hecho propio el sufrimiento del miserable aquél que hoy camina por la vida con su propia cruz a cuestas.

Son muchos hombres y mujeres los que hoy van por la vida caminando con un manto de sufrimiento, con una pena de abandono, con una cruz de dolor. Satanás lleva al hombre con el destino del matadero, lleva la espalda sangrante por los látigos, los pies descalzos por las calientes arenas del sufrimiento, la mirada hacia el suelo sin esperanza, las manos ocupadas para no poder defenderse, el rostro desfigurado por la vergüenza. Espero que el camino hacia matadero de cada hombre y cada mujer con el signo del dolor, sea interrumpido, no hay por qué llegar hasta el sacrificio, se puede detener la marcha hacia la muerte.

Hoy no hay por qué terminar clavado a la consecuencia, hoy puedes ser librado antes de ser sacrificado.

Muy Pronto en Itunes: